Resumen Ejecutivo: La reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos tiene implicaciones significativas para los mercados globales, en particular para China. A medida que las políticas económicas y comerciales de Trump se clarifican, anticipamos nuevos desafíos que podrían remodelar las relaciones entre EE. UU. y China, impactar los flujos financieros y afectar la dinámica de crecimiento económico y de la moneda. Este informe proporciona un análisis de los puntos clave para los inversores.
1. Reacción Inicial del Mercado e Implicaciones para la Moneda: La reacción inmediata tras la victoria de Trump mostró una notable volatilidad en los mercados chinos. El RMB (renminbi) se debilitó de 7.10 a 7.17 frente al dólar estadounidense, señalando las preocupaciones de los inversores sobre posibles nuevas tarifas y medidas comerciales. Sin embargo, a diferencia de la primera guerra comercial, los responsables políticos chinos están mejor preparados, y no prevemos estrategias de devaluación significativas por parte del Banco Popular de China (PBOC). Es probable que el PBOC mantenga su compromiso con la estabilidad de la moneda para gestionar los flujos de capital y apoyar la internacionalización del RMB.
2. Perspectivas de Crecimiento Económico y Medidas de Estímulo: Aunque la presidencia de Trump apunta a riesgos mayores para el crecimiento impulsado por las exportaciones de China, se espera que el posible impacto negativo sea contrarrestado por políticas económicas internas. China reforzará su economía con un paquete de estímulo significativo, estimado en RMB 10 billones (1.4 billones de dólares) en los próximos 3-5 años. Este paquete está diseñado para abordar la deuda de los gobiernos locales y reforzar el mercado inmobiliario, manteniendo la resiliencia económica ante choques externos.
La disposición del PBOC para implementar más recortes de tasas de interés y de la ratio de reservas obligatorias (RRR), junto con operaciones de mercado abierto, muestra una gran flexibilidad política. Estas medidas serán cruciales para mantener el impulso del crecimiento, incluso ante nuevas presiones arancelarias.
3. Relaciones Comerciales e Impacto de los Aranceles: El enfoque de Trump en los aranceles representa una amenaza significativa. Aunque un arancel general del 60% supondría un desafío considerable para las exportaciones chinas, es importante considerar los cambios en el perfil comercial de China. La participación de EE. UU. en las exportaciones de China ya ha disminuido del 18.2% en 2017 al 14.3% en 2024, lo que implica que, aunque impactante, dichos aranceles podrían no ser tan desestabilizadores como en la primera guerra comercial.
Se espera que China responda estratégicamente, posiblemente apuntando a categorías clave de exportación de EE. UU., como productos agrícolas, químicos y maquinaria. Aunque esto podría aumentar las presiones inflacionarias en China, también subraya la determinación de Pekín de defender sus intereses económicos. Los inversores deben seguir de cerca el calendario de posibles implementaciones de aranceles, con proyecciones que sugieren que la primera imposición podría darse a finales de 2025.
4. Consideraciones sobre Flujos de Inversión y Financieros: El regreso de Trump a la presidencia podría incitar una mayor cautela entre los inversores globales, reforzando una tendencia de “reducción de riesgos” respecto a los activos chinos. Las tenencias extranjeras de activos domésticos chinos han fluctuado, con recientes recuperaciones de mínimos anteriores, pero una victoria de Trump podría desencadenar nuevas salidas de capital y una mayor reticencia inversora.
No obstante, los catalizadores económicos internos en China, en particular sus medidas de estímulo y políticas, probablemente jugarán un papel más importante que las presiones externas. La inversión directa externa de China podría acelerarse a medida que las empresas busquen mitigar los posibles impactos arancelarios en los EE. UU., diversificando su exposición global.
5. Dinámica Geopolítica y Comercial Más Amplia: Las implicaciones de las políticas comerciales de Trump podrían extenderse más allá de China a otras economías asiáticas, aunque con aranceles potencialmente menores. Este cambio podría fomentar nuevas asociaciones regionales y fortalecer el comercio intra-Asia, cambiando el panorama competitivo y creando tanto riesgos como oportunidades para los inversores. Además, el giro estratégico de China hacia el fortalecimiento del consumo interno y la mejora de acuerdos comerciales con economías no occidentales podría ayudar a amortiguar el impacto de un menor acceso al mercado estadounidense.
Conclusión: El segundo mandato de Donald Trump trae una complejidad renovada al panorama geopolítico y económico. Sin embargo, con una mejor preparación y medidas políticas proactivas, China puede estar posicionada para gestionar y posiblemente mitigar los impactos. Los inversores deben estar atentos a los desarrollos, particularmente en las políticas comerciales y los anuncios de estímulo, mientras mantienen carteras diversificadas y estratégicamente cubiertas para navegar en estos tiempos inciertos.
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